Cuando hablamos de ponernos a estudiar, parece que nuestro cerebro se pone en modo off y todo lo que en otro momento nos daría pereza realizar (leer, ordenar… incluso limpiar), se nos presenta como la mejor de las alternativas. Si conseguimos que este primer impacto en nuestro cerebro cambie, tendremos mucho ganado para que nuestro estudio sea fructífero.
¿Cómo lo podemos conseguir? Jugando. Sí, aunque no te lo creas, se puede estudiar jugando ¿Cómo hacerlo y conseguir resultados? Pues es más fácil de lo que crees, sólo tienes que planificar tu estudio como si fuera un videojuego o un juego de mesa. Cuando alguien está jugando a un videojuego se abstrae de tal manera que se le pasan las horas sin darse cuenta, y detrás de una pantalla resuelta viene la siguiente sin pensar. 
- Prepara tu estudio por OBJETIVOS REALES Y ALCANZABLES a corto plazo, de tal manera que puedas ir pasando “pantallas” con la adrenalina de ir superando metas.
2. La superación de cada meta o cada objetivo debe tener una RECOMPENSA que nos compense el esfuerzo 
realizado. La comida suele ser una buena recompensa que además nos vuelve a activar y a llenar de energía (Unos frutos secos, un chocolate, etc…) De esta manera, comenzamos una carrera contra nosotros mismos por alcanzar esa recompensa y el tiempo se nos empezará a pasar más rápido al mismo tiempo que superamos nuestros objetivos.
3. Si es posible COMPÁRTERLO con quien tengas al lado si estás en tu casa o con el grupo de la biblioteca con
quien estés estudiando. Sentirse parte de un equipo siempre es importante, ayudas a los demás a motivarse y el reconocimiento del esfuerzo hecho anima a continuar.
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